sábado, 10 de diciembre de 2011

¿Qué es la vida?

Pocas veces tendremos oportunidad de pensar por nosotros mismos. A veces ni nos damos cuenta que es necesario hacer un repaso constante aunque intermitente de nuestros pensamientos.
Trabajo, estudios, preocupaciones. Familia, amigos, novios y novias. Problemas del presente, soluciones del futuro. Esperanzas, incertidumbres, agobios, preocupaciones, alegría, risas y muchos más sentimientos nos colapsan en nuestra cabeza que no para un segundo quieta.
No tenemos tiempo para nosotros mismos. Unos llaman entenderse consigo mismo meditar. Otros rezar con sus dioses. Y otros, básicamente, hablar con uno mismo.
Antes de cualquier decisión, nuestro cerebro se pone en funcionamiento y según estemos de ágiles, respondemos antes o después. Muchas de esas veces fallamos, pero si lo hacemos es porque se pueden enmendar y remediar. Y otras veces, todo encaja por arte de magia.
No es magia. Es la vida.

Estar vivo es lo más importante de todos nosotros. Si alguien nos la arrebata, o somos nosotros mismos quienes la rechazamos suicidándonos, es que no somos personas vivas del todo. En la vida hay dolor y alegría. Mucha gente no fue capaz de soportarlo y otros viven haciendo daño a los demás.
Hemos aprendido que debemos razonar lo suficiente como parar ser unidad independiente y conjunta de la sociedad sin malos rollos. En ocasiones los roces acarrean lo peor de nosotros mismos. Violencia, terrorismo, guerras, disputas y rencores.
Los sueños también forma parte de nuestra vida. Muchos de nosotros creemos que son el desencadénate de muchas acciones. Otros no le dan ninguna importancia. En la variedad se encuentra la verdad. Lo que sí sé es que un “sueño” puede labrar el destino de alguien.
La responsabilidad es sinónimo de madurez aunque no del todo. Madurez implica sensatez, humildad y también esfuerzo y trato de enmendar cualquier error que disturbe el alma o incluso al resto de la gente. Requiere ser esforzado, constante y luchador. Nadie se puede rendir sin buscar una solución. Es no apreciar a la vida que se abre camino siempre.
Una persona como único individuo que vive y piensa por sí misma. Como parte de una comunidad reglamentada a su conveniencia y a las normas de convivencia. Como parte de un planeta que crece aún mientras él duerme. Que despierta cuando él no lo sabe. Que crece sin darse cuenta. 
El tiempo sana heridas, da esperanzas y apacigua el ánimo. Con tiempo somos capaces de todo y de nada a su vez.

El amor es un estado tan puro que es necesario para todos. El alma de una persona jamás podrá estar sola. Nació de la fusión de dos personas y, a pesar de muchas desventuras que uno pudiera tener, también se ha crecido entre varios. ¿Por qué negar la evidencia? Necesitamos socializarnos. Tener amigos y también enemigos ya que estos nos sacan los defectos que ni los amigos ni la familia se atreverían a decirnos.
Tener pareja es lo más cercano a la felicidad absoluta. Es comprender, en sumo grado, que la vida es imperiosa y brillante. Todo lo que digas será atendido. En todo lo que atiendas, será recompensado. De una forma u otra, te sentirás completo.

Y cuando nuestro cuerpo desfallezca, jamás sabremos ni que nos pasará ni dónde iremos. El cuerpo permanecerá, pero nuestra mente podrá liberarse. Y comprenderemos que es en la vida donde se dan lugar nuestras andanzas más importantes. Y cuando el resto que siguen viviendo, nos recuerdan según la huella que hemos dejado a su lado.